Hay
que ser precisos con el lenguaje.
Tenemos
que hacernos entender: no podemos confundir o confundirnos con
nuestra propia letra o números.
Hay
que escribir con corrección: guardando márgenes, teniendo buena
letra y sin cometer faltas de ortografía.
La
solución de un problema se enuncia con la pregunta al revés.
En
toda cantidad hay que poner la unidad que le corresponde o de qué se
trata.
Las
cosas primero hay que pensarlas muy bien y luego hay que intentarlas
Algunas
veces, para saber algunas cosas, no basta con repetirlas de memoria:
hay que meditarlas para realmente aprenderlas.